Hoy se me antoja pensar que, en realidad nadie se despierta
a diario con ganas de vivir. Por allá en un rincón de la psique de todo ser
humano, está este deseo irrefrenable de morir cada día, de suprimir la
respiración, de ahogarla lentamente en la vida misma. El deseo de vivir y la
felicidad, no son más que mecanismos de la mente para engañarte, como placebos,
para la terrible enfermedad de la existencia.
Pero, lo que es más real, es lo que sentimos con más fuerza;
el dolor. Aunque, este también debe ser una especie de treta de la mente, una
ilusión para hacerte creer que si no hay dolor debe haber algo mejor, algo
bueno, como el amor.
En fin, todos esos no son más que sustantivos, y la vida es una gramática… si no juntas el adjetivo con el sustantivo y el verbo, probablemente solo tengas exclamaciones, espacios vacíos entre páginas manchadas de puntos suspensivos…
En fin, todos esos no son más que sustantivos, y la vida es una gramática… si no juntas el adjetivo con el sustantivo y el verbo, probablemente solo tengas exclamaciones, espacios vacíos entre páginas manchadas de puntos suspensivos…
Mi vida ha sido eso, esos espacios vacíos. Antes y después
de los puntos suspensivos siempre ha habido algún acontecimiento que me ha
llevado a un punto de quiebre, como encrucijadas, y siempre que tomo alguna
decisión, pasa poco tiempo antes de que me encuentre de nuevo al borde del
abismo que se ve frente al último de los tres puntos suspensivos. Me siento
caer, sin saber hacia dónde, sin saber si hay un después, o si quiera si lo que
creí como un “antes” en realidad lo es. Es allí en donde la realidad se me
fragmenta en millones de partículas, y no sé dónde es arriba y abajo, lo que
está bien y lo que “está” simplemente. Comienzo entonces a verme en el espejo
como si fuese el reflejo de alguien más, como un fantasma de lo que no quisiera
ser (pero soy), intentando borrarlo, pensando que lo que veo es sólo una
quimera, así como todo lo demás.
Y después, como ahora mismo, estoy en uno de
esos espacios vacíos, preguntándome, ¿Dónde dejé mis pastillas para dormir?
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