Dejarás que los lunares en mi espalda te cuenten una
historia llena de frases sin finales, que se convierten en suspiro. Y verás las
ondas en mi pecho convertirse en el vaivén de las olas que traerán tu navío al
naufragio. El torbellino de nuestras piernas será tormenta para tus noches de
insomnio, mientras mi pelo en cataratas te hunda en la espesa bruma del deseo.
Mis brazos como espuma de salobres aguas te traerán cerca a la orilla del
sueño, y en la arena de la orilla, al final, dirás “te quiero”.
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