I
Lo veo venir,
preludio de excéntricas pulsiones.
Se aproxima con paso fijo
y clava sus pupilas
brillantes, hondas, en mí.
II
Fluye,
eléctrico torrente,
suave y caprichoso
despoja mi cuerpo de velos,
de máscaras,
para revelar mis secretos
a la tenue luz que oscila.
Su silueta desnuda se estremece,
se mece hasta encontrasrme
con vaporoso sigilo,
y baila.
III
Su mano trémula
a mi calor asida,
mirar vago, suspendido,
pausado ritmo genésico,
y nuestras formas
palpitando al unísono
se transforman en torsos, en efigies
violentamente espasmódicas
aferradas en súbita exclamación.
IV
Contornos tibios, húmedos, finos
rebosadas de claro néctar
que llena las cumbres de nuestras figuras.
Febril resistencia;
sus esquinas más ocultas,
grutas, montes, valles
se abrasan, y expiran.
Lo veo venir,
preludio de excéntricas pulsiones.
Se aproxima con paso fijo
y clava sus pupilas
brillantes, hondas, en mí.
II
Fluye,
eléctrico torrente,
suave y caprichoso
despoja mi cuerpo de velos,
de máscaras,
para revelar mis secretos
a la tenue luz que oscila.
Su silueta desnuda se estremece,
se mece hasta encontrasrme
con vaporoso sigilo,
y baila.
III
Su mano trémula
a mi calor asida,
mirar vago, suspendido,
pausado ritmo genésico,
y nuestras formas
palpitando al unísono
se transforman en torsos, en efigies
violentamente espasmódicas
aferradas en súbita exclamación.
IV
Contornos tibios, húmedos, finos
rebosadas de claro néctar
que llena las cumbres de nuestras figuras.
Febril resistencia;
sus esquinas más ocultas,
grutas, montes, valles
se abrasan, y expiran.
Natalia Duque. D.
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