Lo he dicho, el amor tiene tanto de muerte en sí que, cada vez que lo siento cerca, mi ser entero tiene una reacción visceral. Me enferma, me intoxica, y me empieza a abarrotar el alma de intranquilidad y desvelos. Por eso, le llamo enfermedad. Sí, así sin miedo le llamo enfermedad.
Dejarle fluir es lo mismo que beber veneno creyendo que es antídoto...
1 comentario:
Un blog lleno de sensual originalidad y sensibilidad a flor de piel.Te sigo.Te invito a seguir mi blog.Saludos poéticos.
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