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¡Oh!, cuan lejana, cuan lejana de mis ojos tu figura,
Cuantas, cuantas horas, divagando mi mente en tu mirada,
¡Oh!, cuan furtiva, cuan furtiva tu ternura en desmesura,
Cuantos, cuantos besos, derramados en recuerdos.
Mil distancias se dibujan;
Mil distancias entre tu cuerpo y mi triste alma,
Se trazan lejanos los momentos
En que tu vida… en que tu vida dulce se mecía con la mía.

¡Oh!, tibios tus brazos, largos, infinitos,

Dulce tu mirada, tímida, silenciosa,
Como un fragmento del cielo plasmado en esta tierra,
Estás lejano, mi corazón sigue anhelando tu llegada.

Y te veo, te escucho, llamar y buscar,
Pero, estás tan lejos de ti mismo
Que el sonido de tu voz se ahoga en tus labios
Y… se esfuma.

Cuan lejana, cuan distante tu existencia,
Te conozco, pero… ya no te siento,
Porque la belleza de la oscuridad se ha fundido con tu sombra,
Y ya no te veo…
Pero te clavas como una daga en mí, en mí,
Muy profundo en mi alma…

La oscuridad te envuelve, y te lleva lejos,
Lejos de mi vista, de mis palabras,
Pero… ¿estás?..... ¿Estás en algún lugar?
Mis ojos te buscan, mi voz te llama…
El fuego vive en mi interior,
Como una vieja llama que no se extingue,
Es la llama del amor.

Yo, sigo esperando tu llegada,
El retorno de una sonrisa que creí perdida,
Yo, sigo esperando tu amor,
Porque muero, me muero sin tu calor.