¡Bienvenido!

"Siente el océano de sombras, escucha las melodías del viento, y deja que el arrullo de las estrellas te envuelva con su manto de misterio."

martes, 20 de diciembre de 2011

Nada y nunca



A veces quisiera abarcar todo mi pensamiento en un renglón. Es insípido ese sentimiento, porque nunca llega a nada, y cada preocupación, cada lágrima se derrama pero en reversa, hacia lo más profundo del “no me acuerdo, ni me acordaré”. Entonces todo se me pierde en totalidades dolorosas: nunca más, jamás, siempre, hasta la eternidad. O, a veces, en cursilerías que no olvido: en mi corazón, en mi mente, hasta el tuétano de mis huesos.
Pero nada de eso ocurre, en este caso, nunca. Entonces nada y nunca se convierten en mis refugios favoritos, aunque sean totalitarios y, para algunos, algo mezquinos. Para mí, el recuerdo es aún más mezquino, no tiene límites, no se involucra sentimentalmente con el individuo que le posee, simplemente llega y se va cuando le antoja. Uno se queda pensando sólo, sufriendo sólo, devorándose los segundos, sólo. El recuerdo no tiene miedo de llegar e irse, además en cada individuo, tiene una libertad de permanencia diferente. En mi, es descomunal.

A veces me veo sumergida en un montón de sinsentidos... y antes de dormir, llorando, el último pensamiento que me aviene es que nada tiene sentido nunca, y entonces puedo dormir.




Natalia Duque.

2 comentarios:

Dylan Forrester dijo...

Te leo y comparto contigo parte de nuestra crisis existencial en medio de esta realidad muchas veces contradictoria o sin sentido, pero nunca pierdas la fe, la vida es hermosa a pesar de todo.

Un abrazo...

Natalia Duque dijo...

Lo sé. Gracias por el comentario. La fe es lo que me mueve, hoy por hoy... ;-)