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"Siente el océano de sombras, escucha las melodías del viento, y deja que el arrullo de las estrellas te envuelva con su manto de misterio."

martes, 6 de diciembre de 2011

ATARDECERES

Quiero hacer un viaje. Ir a nadar en el mar, acompañada de alguien que tenga una estatura mayor a la mía. Quiero ir a ver peces de colores, morenas, algas y corales, rocas resbalosas, abismos oscuros, pedacitos de coral diseminados en la arena, y caracoles ermitaños de muchos tamaños..
Yo me quedo despierta hasta tan tarde pensando en esto, casi siempre. Y a mi alrededor todo es silencio, la noche calla. Cuando no es una imperiosa e ineludible necesidad de pensar en mis impulsos vitales, es esto. Ir a nadar en esa playa. Y así se van mis noches, luchando contra los impulsos más terrenales, más incipientes, ordinarios y básicos.
Necesito recostarme sobre el agua, con los oídos sumergidos en azules, para no escuchar más que las olas y las voces acuáticas abajo de mí. Abrir bien los ojos y ver el cielo claro, sin nubes, sin estrellas. Sentir la piel salada, arenosa y algo quemada. Que las olas me arrastren un poco y pierda la noción del tiempo, porque el tiempo además de relativo, será flotante, y marítimo se evaporará.


Sí, eso quiero, perderme, ahogar mis penas, mis angustias y mis pensamientos más leves. Dejar que mis cabellos se salifiquen, uno a uno, y se contorsionen en ese húmedo vaivén de naturalezas, de voces huracanadas. Que mis curvas se sumerjan, se lubriquen de brillante rocío cristalino, y naufraguen en trozos muy pequeños. Y tomarle la mano en algún momento inesperado, sorpresivo, cuando todo esto ya sea demasiado real.


Cada noche cuando por fin me voy a dormir, pienso en esos paisajes: una colina, desértica, y al fondo del precipicio las olas que golpean en la roca. La redondez del mundo desde la cumbre de la montaña, la brisa tibia del océano, y un atardecer rojo, anaranjado. El sol cayendo más allá de nuestros párpados, más abajo de toda la tierra.




No, no son cuentos de hadas, son cuentos de peces, de montañas, de playa y atardeceres.  Son cuentos de verdad.




Natalia Duque


2 comentarios:

Notte dijo...

Un sueño alcanzable, de los que tardan mucho en cumplirse, y desde entonces nunca mueren.
:) es de lo más hermoso que a mis ojos ha llegado, en tanto tiempo.
Te adoro mujer!

Nikolai... dijo...

Hermoso...
Me hiciste recordar esta canción http://www.youtube.com/watch?v=H0WVOcrlS8Y

Es un deseo recurrente para mi también...
Seawinds call...